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ANTES DE QUE SE ME OLVIDE- LICEO PEDRO EMILIO COLL: 1962 -1967

  • Lic. José Stefan Bruzual Cedillo
  • 12 jun 2016
  • 18 Min. de lectura

Esa mañana de octubre del año 1962, comenzó una nueva vida, un nuevo capítulo para los que formamos parte de la Promoción de Bachilleres en Ciencias y Bachilleres en Humanidades, que egresamos en octubre de 1967 del Liceo Pedro Emilio Coll, ubicado en Caracas, capital de Venezuela. Cabe destacar, que pertenecemos a la generación de los increíbles años sesenta, donde soñamos con un mundo lleno de paz, amor, armonía, convivencia e ilusiones para vivir; inmersos en una música que cantaba baladas a la vida y al amor, al mundo de lo romántico, de los valores de nuestra sociedad y en donde los derechos de cada ser humano se respetasen, teniendo una consigna en nuestro pensamiento juvenil de venezolano de la época... !ESTUDIAR PARA SER ALGUIEN EN LA VIDA!

En cualquier localidad del mundo, quien haya estudiado la educación media, nunca debe olvidar lo hermoso de su tiempo, incluso teniendo dificultades, ya que nadie escapa a ellas. Escribo éste texto basándome en mi memoria; los recuerdos de mis años liceístas constituyen para mi un tesoro, quizás los alimenta el hecho de haberme graduado en el Instituto Pedagógico de Caracas, hoy parte integrante de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, y he sido docente durante cuarenta cuatro años y treinta días contínuos. El mundo del aula es y ha sido mi pasión.

No es fácil llevar una rígida secuencia cronológica de situaciones graciosas ni tampoco de nuestros Profesores y compañeros, máxime que algunos miembros de nuestra promoción, se incorporaron a partir del tercer año, no obstante, en mis recuerdos los llevo a todos, como es el caso de nuestro compañero Lopensa, quien murió al pasar al segundo año, un tumor cerebral se lo llevó de manera temprana; el vivía en las últimas veredas, si mal no recuerdo en la vereda ochenta y uno, de la Urbanización Carlos Delgado Chalbaud. Allí lo ví por última vez al finalizar el período escolar, casi no iba a clases, por los fuertes dolores de cabeza.

Cuando iniciamos clases en nuestro querido liceo, yo contaba 12 años de edad, mantengo en mi memoria a la mayoría de nuestros profesores, sin embargo, unos pocos se me escapan en cuanto a sus nombres. Aspiro que mis compañeros de promoción, al leer éste texto, recuerden o completen en sus pensamientos situaciones y profesores, que compartimos en esa década increíble para el mundo.

Los profesores que aparecen a continuación, nos formaron para el bien y el trabajo. Nunca olvidaré al Profesor Alejandro Agostini, era un estilista de la educación, fue un Director ejemplar, nunca dejó solos a los estudiantes, indistintamente de su posición política, tan conflictiva para la época. Inolvidable el día del recibimiento, cuando nos dijo, que a partir de ese día, éramos collianos. Recuerdo, que a su lado, estaba la Profa. Helena de Moreno, la cual era Jefe de la Seccional 1 y nuestra profesora de Castellano, de ella aprendí mucha gramática y consejos para la vida. En Ciencias Sociales, era Coordinadora la Profa. Contreras, era para muchos, una madre dentro del plantel. Ella fue la que al comenzar el 2do. año, me encomendó, dar charlas a todas las secciones sobre el Diferendo Limítrofe con la Guayana Inglesa (hoy Guyana), ella fue la primera en descubrir mi capacidad para ser docente. Realicé mis charlas con éxito y eso marcó mi futura vida profesional. En 1er. año, recuerdo a una profesora que siempre vestía de negro y era muy rubia, se me escapa su nombre, pero recuerdo que aplicaba el Estudio Dirigido, ella impartía Geografía, en casa se rellenaban unas guías de estudio y las repetíamos en clase, nunca me gustó tal método, de hecho la Nueva Escuela Francesa, lo desechó por memorístico, entre otros defectos, el año 1967. Una docente inolvidable, la Profesora Molero, que nos daba Formación Social, Moral y Cívica; era la autora del libro de texto y su hijo nuestro compañero del alma. Ella tomaba en cuenta si llevábamos pañuelo, zapatos limpios, reloj, mangas abotonadas, medias y el aseo personal; fue una maestra para la vida. Donde quiera que esté, gracias en nombre de todos.

Imposible olvidar a la bellísima Profa Érika Hyrokchuk, nos daba Matemática, nunca olvidé la eliminación de llaves, corchetes y paréntesis, así como las ecuaciones, era una dura de la Matemática y su prestancia como persona era impactante. En Educación Física, recuerdo al Prof. Domingo Miliani y a la Profa. Colman, hermana de nuestra compañera Trina Colman. Después llegaron otros, cuyos nombres no recuerdo.

En Ciencias Biológicas, había un profesor de apellido Araujo, era andino, del Táchira, para la época debía rondar los 50 años de edad, lo recuerdo, porque ante cualquier tremendura, exclamaba "Que valiente" y nos reíamos, continuando o repitiendo nuestras locuras en clase. Muy prestigiosa era la Profa. Monserrat, excelente docente, para muchos era la mejor en Ciencias Biológicas, sus clases eran fuente de saber y estímulos científicos.

Mucho cariño manifesté siempre hacia el Prof. Chacín, su sencillez y bondad eran lo máximo, recuerdo que era muy gordo y tenía la particularidad de explicar Matemática en el pizarrón, sin voltear hacia los alumnos. Dada ésta característica, un día se le ocurrió al compañero Salmerón, que fuésemos saliendo de clase por la ventana, hasta que en el aula sólo quedaron alumnas. Esa tremendura ameritó citación de representantes, notas en la carpeta y amonestación severa. Realmente nos divertimos y algunas secciones siguieron el ejemplo, pero nunca lo hicimos contra el profe que era muy buena persona.

Un caso muy particular era el Prof. Casanova; llegó nuevo al liceo cuando pasamos a 5to año y nos quedamos con las ganas de tener clases con el Prof. Marcano Riquezes. Para el momento era el líder de la Matemática Moderna en Venezuela y el Instituto Pedagógico de Caracas se lo llevó. Nunca olvido que Luis Orlando López, le discutía muchas cosas de la materia, pero el profe era muy pequeño en estatura y Luis todo lo contrario. Una tarde fue muy divertida, cuando Luis Orlando le dijo..."si me pone cruces en el cuaderno....le atiesto", el profe le preguntaba que significaba eso y Luis Orlando se reía. Esa tarde, en medio de esas situaciones, le avisan al profesor que tenía una llamada en Dirección. Salió corriendo y dejó el cuaderno de cruces encima del escritorio, yo lo tomé y nos fuimos; cuando regresó, no había cuaderno ni alumnos. Al día siguiente, el Director, la Jefa de Departamento y la Jefe de Seccional se apersonaron en nuestra aula.Yo había introducido el cuaderno por debajo de la puerta de una oficina y al ser hallado días después, el asunto quedó así, pero todos seguíamos aplazados en Matemática, y se hizo más estricta la acumulación de cruces negativas. Recuerdo que los pocos aprobados eran Nelson Mata, Luis Orlando, Rómulo Mena, Rómulo Lizarraga, Humberto Gass, Ciro Ángel Acosta (Pera Loca) y unos cuantos más de otras secciones. Recuerdo que iba de la sección A hasta la F.

Una institución dentro de la institución, era el Prof. Carlos Gauna; una autoridad en Literatura y mantenía la Biblioteca a todo dar. Él me enseñó el uso de ese importante recurso, hace dos años, en el 2014, entré al Liceo y lo recorrí totalmente, fue un gesto singular de Dios que me lo permitió, me sentí bien porque recordé cinco años de hermosa vida con mi promoción, además allí realicé mis prácticas docentes para graduarme de Profesor de Geografía e Historia; pero a la vez las lágrimas salían al ver el estado de deterioro de nuestro amado Liceo Pedro Emilio Coll, En esa oportunidad, pude ver que aún están los avisos que colocó el Prof. Gauna sobre los préstamos de libros y la multa de bolívares 1 por no entregar a tiempo. Estuve allí ese día, para una reunión de docentes y mi colegio me envió. Fué una oportunidad única.

También recuerdo a la Profa. Ferstackh, ella era una autoridad en Física y Matemática. Logró para el Liceo una distinción única, la Unesco declaró a nuestro Laboratorio y su Sala Teórico Práctica, como la mejor de América Latina. Era un país y me pregunto...¿Qué nos pasó como país?

Yo aplacé Matemática y Física de 4to año, Física la aprobé en Reparación y estudié Matemática como nunca y en febrero aprobé con 20 puntos. Siempre tuve dificultades con la materia pero un esfuerzo inmenso me permitió aprobar. Yo compraba en Abastos Los Primos, en la vereda 60 o 61, 1 bolívar de papel de envolver y eso rendía muchísimo para resolver el Algebra de Baldor y la Trigonometría de Fossi. La Matemática siempre me gustó, pero no puedo con ella, no es mi fuerte.

Recuerdo las clases de Fisica del Prof. Alvarez, una vez hizo toda una disertación sobre el Error de Paralaje, siempre lo tengo presente en caso de realizar una medición. Muy útil es saberlo, al igual que usar tornillo micrométrico y vernier; eso me lo enseñó el Prof. Alvarez.

Las clases de Física del Prof, Mamuth eran espectaculares, te enamorabas de la Física, nunca olvido sus enseñanzas, se aprendía demasiado con él. Tuve la oportunidad de darle clases a un nieto suyo en el Colegio La Salle - La Colina y pudimos intercambiar saludos, para el momento trabajaba en el Instituto Esccuela, sin duda un gran hombre.

En 3er año el Prof de Química fue Rufo Sánchez Omaña, las clases teórico-prácticas eran lo máximo, aprendí a realizar soluciones y el balanceo de ecuaciones. Los sábados tenía las prácticas de laboratorio, las daba el Prof Jiménez, le decíamos "cerro prendío", era catire y el cabello rojo, muy buena gente con los alumnos. Sus clases me incentivaron a leer Química .

Un personaje inolvidable, era el Prof. Martínez, conocido como Tamanaco, nunca aprobé Inglés sino al final con 11 o 12. Hacía pruebas diarias y sólo tres aprobados por sección, al final todo el alumnado aprobaba. Su libro era el de texto, titulado Tamanaco, era característico de él decirle a los alumnos...!Joven! !Estudie de sobremanera!, recuerdo que tenía un carro Pontiac muy antiguo y otro nuevo que lo llevaba al liceo al final de año y que no fuese época de pruebas.

Muy recordada es mi profesora de Inglés, Gloria de Baíz, ella era toda una catedrática del idioma, lástima que nunca más me dio clases, me reencontré con ella, en mis prácticas docentes y recordamos juntos aquellos tiempos.

Una adquisición fue la Profa. Dulce María, era de Castellano, nunca me dio clases, pero suplía de vez en cuando en Castellano, muy apreciada por todos y muy elegante dama.

En Mineralogía, el Prof. Mariano Sánchez se destacaba por sus voluminosas guías de estudio que llevaban al principio un pensamiento o máxima firmado por MARSAN, todos pensamos siempre que era un filósofo, un día confesó que era él y fue divertido elaborar un glosario de pensamientos del profesor. Con el aprendí el manejo de los sólidos cristalográficos que me sirvieron de mucho en mi carrera Geográfica y dando la asignatura Ciencias de la Tierra. Tuve la oportunidad de ser compañero de trabajo de MARSAN en el Colegio Santa Rosa de Lima, en Caracas, mi primer empleo.

En 2do año, el gobierno nacional, motivado a los disturbios políticos, estableció el horario corrido, junto a la prohibición de llevar chaquetas o abrigos, igualmente no llevar carteras grandes en el caso de las alumnas, no se usaban los morrales escolares de ahora y debíamos llevar gran cantidad de útiles escolares, lo cual se agravaba en las materias Manualidades en 2do año y Dibujo en 4to año. Esas materias las impartía la Profa. Guerra, recuerdo que era muy morena y elegante, le gustaba trabajar.

En Matemática de 2do año nos impartió clases la Profa. Moncada, muy buena explicando y flexible, siempre nos entendimos con ella. Recuerdo mucho los productos notables, eran realmente notables en cantidad y variedad de ejercicios.

La Física en 3er año fue todo un acontecimiento, la Profa. recuerdo que era italiana, se me escapó su nombre, pero recuerdo que explicaba todo el tiempo las DINAS y hasta hoy nunca he sabido en si en que consisten. Con ella aprendí los sistemas de medidas y pesas, nunca se me olvidaron y aprobé Física con 12, porque en la prueba final había problemas de movimiento y yo me lo sabía.

Un profesor muy querido y apreciado fue, Gilberto Maestracci, un maestro en Física, jugaba con los conocimientos, era un maestro. Situación cómica e inolvidable, fue aquella mañana, que el Prof. Maestracci le dijo a Luis Orlando López que montara el pupitre en el escritorio y que se subiera allí para escuchar la clase, no contento con esto, le indicó que se inclinara hacia atrás. El motivo era que, Luis Orlando por sus largas piernas, siempre se inclinaba hacia atrás y el Prof. Mestracci siempre le llamaba la atención, fue muy divertido el momento.

Un estilo de docente era el Prof, Rubén Clavel Penso, siempre una elegancia, una pinta, un vehículo Mercedes Benz y una autoridad en Química, con el aprendí mucho y aún recuerdo la Química Orgánica.

Inolvidable la Profa. de Psicología, era excelente, era de apellido Carrero, fue Jefe de Seccional y una docente ejemplar; sus clases sobre Psicoanálisis han sido muy valiosas para mi trabajo literario. Igualmente recuerdo al Prof. José Torres, era Jefe del Departamento de Sociales y muy apreciado. Otro docente de Sociales, era el Prof. José Rafael Mendoza, era abogado y luego llegó a ser docente de la Universidad Central de Venezuela. Sus enseñanzas me han servido de mucho en mi carrera docente.

Otras instituciones dentro del Liceo eran, Ramón Tovar y Aura Barradas de Tovar, un matrimonio de docentes ejemplar. El Profesor daba Geografía Económica y la Profa. Aura impartía Literatura. El Instituto Pedagógico se los llevó y luego fue mi gran maestro en Geografía y le agradezco sus enseñanzas. Un ejemplo en educación.

Una docente especial, la Profa. Delia Beretta de Villarroel, madrina de la promoción junto al Prof, Maestracci. Recuerdo a la Profa. Delia cuando coordinaba actividades culturales, era enriquecedor todo lo que nos transmitía, al igual que en su cátedra de Castellano y Literatura. Mucha emoción sentí, cuando nos encontramos de manera casual en el Instituto Pedagógico de Caracas, el año pasado, trabajando en una comisión especial. Siempre ha sido un ejemplo para mi.

Surge en mi memoria, el Prof. Alejandro Irazábal, nunca me dio clases pero era pieza importante en Química, ya que el libro de texto, la práctica y el problemario, eran de su autoría. Compartía su profesión docente con la de actor, ya que trabajaba en algunas novelas de la televisión de aquel tiempo. Poseía el mejor vehículo y siempre una distinción al vestir.

Pertenezco a la promoción de Ciencias, por supuesto, no cursaba Latín, recuerdo al Prof. Flores, era lo máximo en su asignatura. Era característico en él, usar corbata de lazo,que algunos llamaban en los años 40, pajarita. Lucía muy elegante y su elevado nivel cultural y prestancia, atraía a sus alumnos, incluso a muchos de Ciencias. Tuve la oportunidad de conversar con él, varias veces, en el Instituto Pedagógico de Caracas, cuando mi esposa cursaba la carrera docente en la especialidad de Francés y Lengua Castellana. Igualmente, fui compañero de trabajo de dos de sus hijos, me informaron que reside en Estados Unidos de América, con mucha salud.

En Humanidades, las clases de Francés, las impartía un docente, cuyo nombre no recuerdo, pero era una persona muy alta y a la vez gorda; nos hacía reír y él también lo hacía, usaba un maletín muy pequeño para su gran estatura y siempre decía, que lo tendría hasta llegar a la jubilación. Era una persona muy agradable y a ratos, soltaba cualquier chiste en los pasillos durante los recesos.

Otra docente que recuerdo , era la Profa. Morazzani, ella impartía las clases de Educación Artística e Historia del Arte. Con los años, estando en Amsterdam, me impresionó, como recordé en los museos, muchas de sus enseñanzas.

En 3er año, en Castellano, tuvimos a la Profa. Gisela Maneiro, nnnca olvido aquel poema de El Sol....capitán redondo; nunca me imaginé, que sus enseñanzas me sirvirían en mi futura carrera de Letras en la Universidad Central de Venezuela.

Fue divertido, tener clases de Inglés, con el Prof. Camero, al poco tiempo el Instituto Pedagógico de Caracas, se lo llevó. Siempre se jugaba con los alumnos y eso le permitía enseñar, para el momento yo no sabía que eso se llamaba Didáctica. Recuerdo que cuando le preguntaba en Inglés a Milagro Camacho o a Jhonny, ambos se ruborizaban, y de esas situaciones chistosas, el Profesor enseñaba de manera práctica.

Todos los que estudiamos en ese tiempo increíble, recordamos a dos personajes: la Sra. Esperanza y al Sr. Portero, que de manera cariñosa, le decíamos "Pomponio", no recuerdo su nombre, siempre vestía un traje marrón y corbata vino tinto. Muchos le debemos favores a la Sra. Esperanza, cualquier emergencia, ella estaba allí para ayudar a los alumnos y a los docentes, era un ángel entre nosotros.

Así como guardo en mi memoria a mis profesores, también conservo muchas situaciones curiosas y hasta jocosas. Confieso que para la época, a mis 12 años de edad, estaba enterado del acontecer político de los tiempos perejimeniztas, ya que mi familia estuvo en la Resistencia contra aquella tiranía militar; pero no conocía en realidad lo que estaba ocurriendo, eran los tiempos del gobierno de Rómulo Betancourt. Una mañana, cursando el 1er año, un compañero de apellido Dordely, me pasó un papelito que decía: "Partido Electoral Organizado - PEO a las 10,15 am - Pásalo", lo leí y lo pasé. En el primer receso, me preguntó, si quería ser militante de la Juventud del MIR; mi cara supongo que fue de interrogante, y en pocos minutos me puso al tanto de la confrontación política existente. Muchos años después, cursando la carrera de Letras, me enteré, que existen fuertes indicios, que de esas protestas estudiantiles de la década de los años sesenta, surgió esa expresión venezolana: "Se formó un peo", "Hay un peo".

Recuerdo cuando colocábamos un gancho para el cabello en la orilla del pupitre, si la clase estaba fastidiosa, cualquiera lo ponía a vibrar y eso alteraba la normalidad de la clase, ya que el docente invertía su tiempo en investigar; algunas situaciones eran complicadas, cuando sonaba de manera alterna en el aula. Al final, siempre aparecía el responsable o el héroe, acusándose de tales hechos sonoros.

Un buen día, a la altura del 3er año, surgió la hoja de cuaderno doblada, la cual al presionar sobre la tabla del pupitre, reproducía el sonido de una máquina de escribir. Nunca olvido, una suplente de Castellano, que salió del aula a gran velocidad, porque todos teníamos una "maquinita" .

Ir a la cantina del Liceo era placentero, recuerdo que me daban en casa 2bs diarios, consumía 1,50 bs y ahorraba diario 0,50 o 0,75 bs, tal ahorro me permitía ir al cine o colaborar en cualquiera de nuestras fiestas, confieso que las que más me gustaban eran en casa de Francisco Martínez (Pancho), allí conocí a Mayra Martí, cuando apenas comenzaba a cantar. Quedé impactado!

Asistí siempre a los juegos interliceístas de volley-ball y basket-ball. Era emocionante hacer barra en el Gimnasio Cubierto de la Universidad Central de Venezuela. Los encuentros con el Liceo Luis Razzetti eran bravos, ellos con sus auyamas amarillas y nosotros con nuestras pancartas azules y blancas. Miguel López Chávez(Miguelacho), Fernando Rojas y Ciro Ángel Acosta(Pera Loca) eran buena garantía para ganar.

En nuestro tiempo liceísta, había un chichero en la parte exterior de la reja de las canchas, vendía vasos de chica de 0,25 céntimos hasta el grande de 1bs; de acuerdo a la temporada completabas comprando ciruelas de huesito o mamón. !Que felices éramos en Coche y El Valle!

En esos años, la situación política se fue complicando, transcurrían los gobiernos del Sr. Rómulo Betancourt y del Dr. Raúl Leoni. A cada orificio en la pared, los Ñángaras, que eran los militantes de la Juventud Comunista de Venezuela, le colocaban una nota: "Esto lo hizo la Digepol". Era frecuente, que los estudiantes, de cualquier partido político, durmieran en el Liceo, para cuidar las urnas electorales con los votos para elegir el Centro de Estudiantes, muchas veces, ocurrían situaciones complejas y emocionantes.

Debo mencionar que las campañas electorales para elegir el Centro de Estudiantes, eran lo máximo, Plancha 5, Plancha 3, Plancha 4, Plancha 1, Plancha 10. En la campaña para el Centro de Estudiantes, cursábamos 5to año, recuerdo que Ciro era candidato y en la clausura al terminar su discurso dijo: "Y ahora tenemos en el patio tremenda piñata", el efecto fue, que gran cantidad de estudiantes no escucharon a los demás, se fueron a la piñata, que verdaderamente tenía de todo.

En aquel tiempo, finalizando el 5to año, se presentó una mañana, el grupo "Viva La Gente", fue un espectáculo musical increíble, yo estaba muy cerca de la tarima y en verdad me impactó. Tal evento trajo polémica, ya que los Ñángaras, le ordenaron a sus militantes no asistir; hicieron caso omiso y la gran mayoría estuvo bailando en el patio. Cosas de la política criolla.

La llegada del Carnaval, los días antes, los disfruté al máximo. La harina, las bombitas de agua y los huevos, estaban a la orden día; acto seguido, suspendían las clases un par de días antes.

Recuerdo que estando en 1er año, había una casita o ranchito, en un terreno aledaño, donde ahora están las Residencias Venezuela, allí a partir de mediodía, vendían cerveza y tenía muchos clientes de todas las edades. Desapareció cuando pasamos a 2do año por las denuncias de la Sociedad de Padres y Representantes del Liceo. Muchos lamentaron el hecho.

Cuando comenzó la construcción de la Intercomunal, nuestro Liceo se vio afectado en la parte frontal, redujeron los jardines de trinitarias y las canchas. Allí surgió una casita, que en las mañanas vendía unas empanadas y café espectaculares, siempre fui, pero después de unos meses, fue prohibido, ya que un compañero, atravesando la autopista, murió arrollado. Fue lamentable, no recuerdo su nombre, pero si que era muy rubio.

Las fiestas de fin de curso en las aulas eran muy agradables, y en el caso de nuestro grupo, las continuábamos en alguna de nuestras casas. En casa de Pancho, en casa de Trina, en casa de Lucio en la Vuelta del Casquillo o en cualquiera otra. Eran fiestas de contribución increíbles. Incluso, recuerdo que una que hicimos en casa de Trina, había tanta cerveza, que al final cada uno se llevó cerca de cuatro frías.

Los juegos relámpago a la hora del receso, eran buenísimos y no faltaba la pelotica de goma, ya que las chapitas las habían prohibido, por ser peligrosas.

Teníamos un compañero, que ante cualquier travesura nuestra, nos acusaba con los profesores, no recuerdo su nombre, era tranquilo y casi nadie le hablaba. Un día, nos involucró en un problema grave, del cual no éramos responsables. El acostumbraba a colocar libros y cuadernos debajo de su pupitre en orden estricto de tamaño, siempre se sentó frente al escritorio del profesor, lo tomaban como ejemplo a seguir. La travesura no se hizo esperar y un compañero que estaba diagonal al mencionado acuseta , le prendió fuego a los ordenados útiles escolares; uno de los compañeros de los últimos puestos, comenzó a gritar ...!fuego! !fuego! y todo el pasillo se lanzó al patio. La situación se tornó grave, el acuseta tuvo pérdida total de útiles escolares y hubo que recolectar para pagar lo daños. Un día de acontecimientos en nuestra aula.

Con la puesta de moda de los pantalones Rouston, los bolsillos traseros se convirtieron en un problema, más de uno bajando las escaleras para el receso, quedó en paños menores, ya que previamente de acuerdo, dos compañeros halaban simultáneamente, las tapas de los bolsillos y acto seguido se descosía el pantalón. Nunca participé de esto, pero cuando lo vi, me reía. Por supuesto, tomé mis previsiones y nunca tuve pantalones con tapas en los bolsillos.

Una mañana se suscitó un hecho curioso en nuestro Liceo, un señor llegó a la cantina y pidió un café, iba muy bien vestido. Yo por casualidad salía del baño, una profesora lo saluda y le dice: "Santos, como estás"...un alumno, que transitaba por el lugar, lo identificó. Era el propio Director de la Digepol, la policía política del gobierno. Estaba allí, porque era el esposo de una de nuestras profesoras, La oportuna e inteligente acción del Prof. Alejandro Agostini, evitó un desastre. Al sonar el timbre de salida al receso, colocó el Himno Nacional, todos nos paralizamos como era la costumbre y el respeto; mientras lograban sacar rápidamente, a éste singular visitante. Las secuelas de ésta situación se hicieron sentir en toda Caracas.

La Fiesta de Graduación 1967, fue en grande. Hubo situaciones que el Comité Pro-Graduación logró resolver. La gran rifa se puso en marcha para llegar a la suma necesaria de 10.000bs de aquella época. El viaje de toda la promoción para Sofía, en Bulgaria, ameritaba de 150.000bs de aquellos tiempos. La mayoría quería la fiesta, para nosotros, Bulgaria era un país lejano, desconocido. Fue un logro, poder realizar nuestro acto y fiesta de grado en octubre, después de las reparaciones, Nos graduamos todos!

Trato de recordar nombres de compañeros de mi entorno, algunos se me escapan, obviamente, han pasado muchos años. Recuerdo nombres como el de Ovidio, le decíamos el colombiano; Jhonny, Lara, Ernesto Illas, Ciro Acosta, Galo, Lucio, Pastor, Rómulo Mena, Newton ,Carlos Fuentes, Hernán Millán, Curula, Lilián Gómez, Aracelis Zambrano, Xiomara Vidal, Elisanubia Palma, Solmar, Luzmiriam, Sonia, Francisca, Dordely, Salmerón, Milagro, Humberto, Ackerman, Heberto, Woo, Edgar, Ángela, Andrés Eloy Blanco, Nastia, Trina, Cusati, Isabel Pastrán y su hermano, Eveling, Rosa Justa(La Gallega), Rafael Pujol, Castrillo, Virgilio Toledo, Tibisay Maestracci, Mireya Melo, Nora y Blanca Malaver, Antonieta Bolívar, Maruja Escala, Judith Escala, Nelsón Mata, Myriam Mata, Reina Violeta, Gorrín, Guerra, Padrón, Milagros, Rosmary, Mejías, Dónis, Tulio, Elisa, los hermanos Escalona, Carlos Torres, Rubén y tanto otros que quisiera recordar sus nombres.

Un día increíble y emocionante para mi, fue cuando fuimos a preinscribirnos en la Universidad Central de Venezuela. Recuerdo, que me salí de la cola de preinscripciones en carreras científicas, y con el pretexto de ir al baño, me sumé a la cola de Humanidades...esa mañana decidí mi vida profesional. Me preinscribí, en la Escuela de Historia, Facultad de Humanidades y Educación.

Junto a toda esta vida estudiantil hermosa y agitada, había personas inolvidables que nos daban una mano en cualquier situación, recuerdo mucho al papá de Luis Orlando, nunca olvidaré su valiosa ayuda, para trasladar lo necesario para las verbenas Pro-graduación, en un camión, donde él trabajaba; en uno de esos viajes, recuerdo haber almorzado junto a Luis Orlando, en un pequeño restaurant, el cocinero era muy gordo y nos ofreció a cada uno huevos fritos, pan y café. Ese cocinero era muy parecido al que aparece en la película, La Dama y el Vagabundo, nos cobró la increíble suma de 4bs y el café cortesía de la casa, ese local quedaba cerca del Cuartel San Carlos. Otra persona inolvidable, era el papá de Lucio, muchas diligencias de la graduación, se hicieron gracias a su colaboración, él nos trasladaba gratuitamente en su taxi. Inolvidable, el papá de Rafael Pujol: ir a la panadería o a la frutería, era toda una experiencia, siempre colaborador y cuando tuvo la frutería y jugos en Coche, era para mi, una parada obligada, el jugo de mamón era lo máximo. Tres padres de la época, tres ejemplos de trabajo. Diríamos en la expresión actual, muy panas. En las Verbenas de Pro-graduación se trabajaba mucho, recuerdo la primera que hicimos en la Federación Venezolana de Maestros. En esa oportunidad la niña Caridad Canelón, cantó como los ángeles, estaba acompañada por su abuela. También proyectamos películas: una fue, Morir a Madrid y la otra, Un día un Gato. Siempre nos alquilaban el Cine Los Jardines, cuyo encargado era el señor Isvelio.

Al llegar diciembre, eran famosas las canciones de Ciro Ángel, así como Luis Orlando...."Buenas noches mi amor, canto al pie de tu ventana, te molesta mi canción, perdóname soberana"... más de una suspiraba al escucharlo. En verdad que lo hacían muy bien. También recuerdo a Isabel Pastrán, cuando cantaba..."Canta el gallo en la palmera, con su pico y garganta, y con sus alas levanta, el polvo de las arenas. Canta mi gallito".....incluso grabó un disco de 45rpm que aún conservo.

Un logro importante, fue la fundación de la Sociedad Bolivariana Estudiantil, había tres en Venezuela: la nuestra, que fue idea de Lucio Segovia, la del Instituto de Comercio El Valle y la del Colegio Los Rosales. Venezuela como país, le debe a Lucio Segovia, ese reconocimiento, Era divulgar y preservar el pensamiento de El Libertador entre la juventud, sin mezclar posiciones partidistas. Después de Lucio, fui Presidente de esa organización, luego fue Luigi Luongo. Nos asesoraba el Jefe del Archivo de El Libertador, Manuel Pinto C. Fue una experiencia única, estar en contacto con ese archivo.

Cuando nos graduamos, cada uno tomó su camino, la vida y el tiempo nos fue guiando, algunos nos dejaron muy pronto, otros más nunca supe de ellos y el resto nos mantenemos en contacto gracias a la tecnología. Ojalá que surjan más contactos de muchos de los nuestros o que a través de sus hijos, se relacionen para convertir estos recuerdos en memoria, de esa manera los preservaríamos del olvido. Lo que es completamente preciso, es que el Liceo Pedro Emilio Coll, nos formó, y hemos dado a nuestras familias, a la sociedad, a Venezuela y al mundo, los frutos de esa formación. Eternamente he recordado la placa del busto de Don Pedro Emilio Coll, que está en la entrada de nuestro Liceo..."yo sólo he sido un lector"; ahora me permito decir que YO SÓLO HE SIDO UN ESTUDIANTE COLLIANO.-


 
 
 

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