EL MISTERIO DE LAS ALAS DE CUPIDO: una ventana para ver lo bonito de la vida...

Adentrarse en las páginas de esta obra, es empinarse para ver de cerca y a lo lejos lo hermoso de la vida. Cecil Díaz, nos lleva de la mano por esos senderos y veredas de la vida que todos alguna vez transitamos en nuestra infancia o adolescencia, y quizás como adultos, cuando evocamos aquellos momentos infantiles. A ratos, vino a mi mente, el poema de Vicente Gerbasi..Te amo infancia te amo...

Isabel, Camila y Aakil, nos recrean, aquellos momentos infantiles, aquellos sueños que tuvimos en nuestros tiempos soñadores y que nos hacían pensar en el futuro cuando fuésemos grandes...recuerdo cuando jugaba y estudiaba a la sombra de una higuera que había en mi casa, cuando compartía mis ratos infantiles y adolescentes con mi conejo Pelusa, era blanco como la nieve y se paseaba por nuestra casa solariega, allí visualizaba en mi mente los viajes que quería hacer y los lugares que quería conocer. Los tiempos eran de estudio para ser alguien en la vida, así se forjó nuestra generación Baby boom.

"El Misterio de las alas de cupido" de su autora Cecil Díaz, es una obra onírica; allí radica la importancia y proyección de esta obra, porque parte del asombro ante lo que nos rodea, sin fronteras ni límites, tal como lo inició Thales de Mileto. Si la juventud de cada tiempo, lograse mantener este sueño, tendríamos un mundo mejor. Los personajes de esta obra mantienen su individualidad, pero a la vez comparten y hacen gala del respeto a la diversidad. Música, fútbol, ciencia...una hermosa combinación de la creación humana, cultivable sin intereses lucrativos sino por el contrario, por la satisfacción de saber y por saber mismo. En esos ambientes de creatividad cultural y diversidad humana, forjamos civilización y construimos el bien. De esa manera, el intercambio de preferencias, promueve el resplandor humano de la amistad, convivencia y construcción de un mundo donde prevalezca lo idéntico en lo diverso, que es la única manera de ver la Filosofía en acción.

La curiosidad es un punto común en esta obra, es el motor de la edificación del saber, por eso exploran Isabel, Camila y Aakil; ellos representan a la humanidad creadora y por ende, el porvenir, que se impondrá en los nuevos tiempos. La autora nos lleva de la mano al destacar la importancia de los sentidos como vehículo fundamental para acceder al saber; incluso, yo diría que rescata la presencia y uso de los sentidos, base natural del conocimiento. Igualmente lo religioso, aspecto por el cual el mundo se ha convulsionado y continúa, sin percatarse que es el mismo Dios en diversas acepciones. En las líneas de esta obra, se nos destaca la importancia de una vida diaria, que se traduce en nuevos amaneceres con mentes renovadas después de un merecido descanso. Nos resalta la importancia de asociarnos para avanzar, sin mezquindades. Nos lleva a un ambiente de cultura emprendedora, como lo es Francia. Pone el alto la individualidad, lo ontológico de cada ser humano en las grandes alamedas del saber y el bien; allí aflora el ingenio de cada uno. Isabel, Camila y Aakil hemos sido muchos y serán muchos, porque mientras exista un ser humano en busca del saber, el mundo no se detendrá, a pesar de todo y todos.

Los personajes admiran a Julio Verne, uno de los grandes soñadores de la historia, en un mundo que siempre nos reta a buscar, a explorar el saber; pero a la vez, la autora iza la bandera del orden y de la rutina constructiva...allí evoqué el pensamiento de Jean-Paul Sartre..."lo extraordinario es lo cotidiano"...

Resulta refrescante al pensamiento, la incursión en la mitología griega, que la autora, a través de sus personajes nos introduce en ese mundo de los sueños y los ensueños, que guiaron la vida de los griegos antiguos en sus correrías y luchas con los avatares de los tiempos. De allí, haciendo gala, en el túnel del tiempo, la autora nos lleva a las aventuras y altruismo de Los Tres Mosqueteros, rompiendo a través de esa recreación literaria, la mentalidad parroquial que ha prevalecido en América Latina, distractora de las opciones validas de progreso y avance, cuya base se asienta en los tiempos más oscuros de nuestra accidentada historia colonizadora del siglo XVI.

Podríamos decir que la obra es una avalancha de sueños, chocando entre sí y a la vez construyendo un mapa mental de nuestras vidas, lo cual es visible al extrapolar la trama de la obra con nuestras propias existencias; pasadas, presentes y futuras. De esa manera, los personajes se adentran en la cultura francesa; el habla, sus expresiones, su gastronomía y en fin, explorando realidades virtuales, cuyas velocidades solamente son comprensibles a través del mundo onírico, convirtiendo el mensaje en un rugelach, de esa manera se unen tradiciones, tiempos históricos, sueños y nuestros sueños infantiles y remembranzas, cargadas de un mensaje alentador, permitiendo ver de frente, el lado bonito de la vida.

"El Misterio de las alas de cupido", de la escritora Cecil Díaz, es un llamado inocente, lleno de verdades, que nos incentiva a ver el pensamiento de nuestros niños y adolescentes, los cuales, en sus sueños emiten un deseo silencioso pero evidente, de un mundo por explorar y una vida por realizar, en estos tiempos tumultuosos, donde pareciera que la vida y el inmenso mundo de niños y adolescentes ha sido olvidado. Es una obra onírica, hermosa y con mensajes en cada fragmento, que solo un pensamiento amplio y abierto, los capta en toda su dimensión humano existencial...Cecil Díaz fue mi alumna, llegó a mi Colegio San José de Tarbes - La Florida, en Caracas, siendo una niña, con sueños e intenciones de avanzar; la vida nos conectó de nuevo, pero en México... ella es exploradora del saber y yo formador de juventudes... somos parte de ese equipo onírico y diverso de Isabel, Camila y Aakil...