MELANCOLÍA, GENIO Y LOCURA
- Lic. José S. Bruzual C.
- 5 sept 2016
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Genio y locura son tópicos polémicos permanentes. Su consideración se remonta a los tiempos antiguos griegos, y durante el medioevo el silencio se hizo presente, sobre todo en lo tocante a los artistas. En los tiempos posteriores al medioevo, se consideró que el talento y el genio dependían de una tipología de la personalidad.
Los planteamientos de Platón, introducen diferencia entre locura clínica y locura creativa; ésta última sería la fuente de inspiración de los artistas. Cuando llegan los tiempos renacentistas, la interpretación helénica, fue retomada y surgió el concepto del DIVINO ARTISTA. Ésta concepción se tradujo en una dualidad: entusiasmo poético - idea de Dios. Tal dualidad, lo convertía en CREADOR.
Con el transitar del tiempo, se fue estructurando la idea de que el artista debía apartarse del común, o sea de lo normal. En todo caso se produce la confluencia entre la belleza física, la inspiración y la locura divina.
En términos históricos, la noción del "artista loco", ha sido motivo de estudio permanente, pero en todo caso podemos establecer tres vertientes: la llamada locura del entusiasmo y de la inspiración en términos sagrados; las variadas locuras o enajenaciones mentales y por último la conducta excéntrica.
Al tomar en consideración estas tres vertientes, logramos aproximarnos a la comprensión del ARTISTA LOCO, planteamiento que se ha admitido desde los tiempos renacentistas.
La primera clasificación de las mentes humanas fue realizada por los griegos. Para el siglo V a.C. Hipócrates planteó su teoría, la cual establecía que el cuerpo humano posee cuatro humores: bilis negra, bilis amarilla, sangre y flema. La PATOLOGÍA HUMORAL pasó a la Edad Media e incluso a los tiempos renacentistas. Estas nociones se convirtieron en factores determinantes del temperamento humano; a partir de esto se afirmó que el predominio de la sangre daba por resultado tipos sanguíneos; el de la flema daba lugar a tipos flemáticos; el de la bilis amarilla daba lugar a tipos coléricos y por último el de bilis negra producía tipos melancólicos. Cuando Aristóteles planteó la conexión del humano melancólico y el talento para las ciencias y las artes, afirmaba, que los hombres calificados como extraordinarios llegaban a destacarse en filosofía, poesía, política y artes; a todos los calificaba como melancólicos. Tal planteamiento dio lugar a la relación entre melancolía y genio. Sólo el HOMO MELANCHOLICUS posee la tendencia a llegar a las alturas de lo sublime, así como también a situaciones cercanas a la locura, al pasar el tiempo; la noción de melancolía jamás se olvidó. Durante la Edad Media se tomó como alteración física y la Iglesia lo condenó como pecado, por aproximarse al vicio. Pero en El Renacimiento se determinó, que el denominado temperamento melancólico, era capaz de promover la creación y lo creativo.
En ésta concepción se inserta el conocimiento astrológico, llegándose a relacionar las estrellas con emanaciones de la vida en la Tierra. De allí se concluyó, que el temperamento humano lo determinaban los planetas. Ésta afirmación, dio lugar a una nueva concepción del mundo: microcosmos y macrocosmos; la cual desapareció con la hegemonía de las ciencias empíricas.
Entre los siglos V y III a.C. , los griegos crearon su sistema mitológico celestial, con lo cual dotaron tanto a los planetas como a las constelaciones, de unas cualidades propias de los dioses. Transcurrido el tiempo, se creyó que tales cualidades establecían y determinaban el tránsito de la vida del hombre. Por ejemplo, los artistas nacían bajo el signo de Mercurio. Para la época renacentista, se produjo un cambio de patrocinio, de Mercurio a Saturno; se pensaba que éste último determinaba el temperamento melancólico y en consecuencia, el PODER CREATIVO. No se concebía, ninguna obra intelectual o artística, que no viniera de un temperamento melancólico.
Muchos estudiosos mantienen la idea de que, los artistas de El Renacimiento, poseían rasgos de la personalidad que concuerdan con estos planteamientos, los cuales aún tienen vigencia para muchos autores e intelectuales. Lo creativo y lo creado por ellos, provenía de éstas características.
De una u otra manera, la relación entre la locura platónica y la melancólica aristotélica, encuentra asidero en Miguel Ángel, cuando usa estos términos y muchos artistas de El Renacimiento lo consideraban fundamental para su creatividad personal.
Hoy en día, la locura, el genio y la melancolía, continúan siendo temas de discusión y consideración, por parte de intelectuales y artistas del mundo, así como también de entes educativos de muchos gobiernos nacionales a nivel mundial.-
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